Haciendo negocios en Zambia

Publicado por

Interiores del Royal Livingstone Express, un ferrocarril turístico que sirve como transporte y restaurante, que corre a lo largo del Parque Nacional de las Cataratas Victoria. Fotografía: Flickr.

El florecimiento de la actividad empresarial y la creación de un ambiente favorable a los negocios son catalizadores importantes del crecimiento económico en cualquier lugar, pero más en África, continente que enfrenta enormes desafíos económicos y sociales. Dentro de este aspecto crucial el caso de Zambia resulta interesante, dado que este país es cada vez más atractivo a los ojos de empresarios e inversionistas, pero continúa presentado importantes barreras que limitan el desarrollo de este sector. Esta situación se describe, a grandes rasgos, a continuación.

Zambia es un país que se localiza en el norte del sur de África. A lo largo de su historia independiente se ha caracterizado por su relativa estabilidad política y macroeconómica, bastante aceptable en comparación con el resto del continente, siendo uno de los primeros países africanos en adoptar un sistema democrático multipartidista, desde principios de la década de los noventa. La visión “Una Zambia, una nación” de Kenneth Kaunda – su prócer independentista – se ha plasmado y concretado en sus planes nacionales de desarrollo, fungiendo como guía del crecimiento y desarrollo económico de esta nación, integrada por más de 70 grupos etnolingüísticos.

En las últimas dos décadas ha registrado un crecimiento económico de 6% anual en promedio, a pesar de que en ocasiones el entorno económico mundial o continental no ha sido favorable, lo cual nos habla de sus fortalezas internas y su capacidad de resiliencia, algo que no ha pasado desapercibido por los inversionistas y empresarios.

Ello ha traído, como consecuencia, que Zambia escale posiciones dentro de la clasificación elaborada por el Banco Mundial en cuanto a las facilidades para hacer negocios (Doing Business). En el último ranking Zambia aparece como el séptimo mejor evaluado de África, y en el puesto 85 a nivel global, de un total de 190 economías.

Elaborado con datos del Banco Mundial

No obstante, Zambia continúa sorteando importantes desafíos económicos y no ha dejado de ser un país con bajos ingresos y dependiente de los precios internacionales de los minerales, en especial del cobre. El simple hecho de estar situado a la mitad de la clasificación nos indica que aún tiene una larga lista de pendientes que atender.

Con todo, este país tiene por delante un futuro muy prometedor, siempre y cuando acelere y amplíe sus esfuerzos, donde la expansión de negocios de cualquier tamaño y tipo puede convertirse en un gran impulso para el crecimiento de su economía, y es uno de los países del continente donde se refleja con mayor intensidad la trascendencia de este sector, y también de los que reúnen las condiciones propicias para la creación de un ambiente favorable a la actividad empresarial y emprendedora, dada su estabilidad.

Por supuesto que actualmente Zambia no es un lugar fácil para hacer negocios. Sin embargo, existen numerosas razones por las cuales más inversionistas deberían poner su foco en este país. La clase media crece año tras año, una condición fundamental para la expansión de los mercados locales, y por ende, del consumo de los hogares.

De igual forma, el crecimiento de usuarios conectados a internet y de servicios financieros móviles genera espacios para la creación de empresas de tecnología (startup) y de ventas minoristas (retail), así como a la expansión del e-commerce. A su vez, se detectan grandes oportunidades de negocio en la agricultura, la generación de energía y el turismo.

El reto más grande que tiene por delante es la diversificación económica. Zambia es una economía que tradicionalmente depende del cobre, al grado de que tres cuartas partes de las divisas generadas por las exportaciones del país provienen de este mineral, y donde prácticamente solo intervienen seis grandes empresas.

Por lo mismo, una buena parte de los flujos de inversión extranjera directa se destinan a las actividades relacionadas con la extracción de cobre, que desde inicios de los años noventa están privatizadas, y donde Canadá, Australia, el Reino Unido, y más recientemente China, son los principales contribuidores. 

Fuera de la industria del cobre, destaca la agricultura – que está poco desarrollada, pero absorbe el 85% de los empleos – y el turismo internacional, centrado en los servicios relacionados con los safaris y las cataratas victoria, consideradas una de las siete maravillas naturales del mundo. Esta debilidad ha sido identificada por los sucesivos gobiernos, que han intentado diversificar la economía y detonar la industrialización, con poco éxito al momento. Aunado a lo anterior, el cobre se exporta con poco o nulo valor agregado.

Por otra parte, el país reúne todos los elementos para que sectores eléctrico y electrónico florezcan, pero actualmente no cuenta ni con la infraestructura ni el personal especializado que hagan posible este proyecto a nivel nacional.

Vista de las Cataratas Victoria, una de las siete maravillas del mundo, situada en la frontera de Zambia y Zimbabue. Fotografía de Diego Delso en Wikimedia Commons.

En buena medida parte del crecimiento económico de Zambia se debe a que los precios internacionales del cobre se han mantenido altos, y constituye un alto riesgo de que continúe por este camino. Afortunadamente este país ya cuenta desde hace rato con las condiciones necesarias para la explotación de todas oportunidades de negocio, algunas de las cuales ya señalamos.

Las grandes compañías deben ser la punta de lanza de este proceso, ya que cuentan con mejores cadenas de suministro y mayor capacidad de atracción de capital, lo que las convierte en uno de los sostenes de la economía, y cuyo éxito se ve reflejado en la estabilidad macroeconómica

Pero si bien las grandes empresas son los principales conductores de la economía, las micro, pequeñas y medianas empresas (PyMES) son las que contribuyen con mayor empleo, productividad e innovación, y de su protección y supervivencia dependen los mercados locales y el sostén de muchas familias. Tan importantes son este tipo de empresas, que el Banco Mundial estima que son responsables del 77% de los empleos en África, y en determinados países contribuyen con más de la mitad del PIB.

Pero, a diferencia de las grandes empresas, la situación de las PyMES es crítica en Zambia. Un emprendedor zambiano relató en una entrevista los obstáculos a los que se enfrenta para mantener a flote su micronegocio en el giro de la construcción: excesiva corrupción, burocracia, impuestos más altos (que absorben una buena parte de las ganancias) y las altas tasas de interés bancarias para poder obtener un préstamo.

Todos estos problemas reflejan la falta de apoyos en Zambia hacia este sector clave, que se magnifica al registrar altas tasas de desempleo, de entre 17 y 18% de la Población Económicamente Activa, que incluso son más altas en los jóvenes. Esta situación revela que el crecimiento no ha sido inclusivo, y lo que es peor, que alrededor del 80% de la población zambiana se encuentra por debajo de la línea de pobreza.

También se detectan importantes fallos en el marco gubernamental e institucional de Zambia que obstruyen la apertura y el desarrollo de negocios, algunos de los cuales se muestran por el Banco Mundial en la clasificación de Doing Business que ya mencionamos, cuyos indicadores para el caso de Zambia se muestran a continuación.

Elaborado con datos del Banco Mundial.

Casi todos los aspectos en los que presenta rezago tienen que ver con el funcionamiento de las oficinas gubernamentales, la excesiva burocracia y la corrupción, por lo que el funcionamiento de los distintos aparatos estatales es sumamente deficiente. Otro de los grandes obstáculos son los frecuentes cortes de electricidad en todo el país, situación que afecta a los hogares, y especialmente a las empresas. Dado su enorme potencial hidroeléctrico, Zambia no debería presentar este tipo de problemas.

Llama la atención el pobre desempeño en cuanto al comercio transfronterizo, si consideramos que Zambia tiene vecindad con ocho países, y aunque no tiene salida al mar, sí cuenta con ríos navegables adecuados para el transporte de mercancías. Zambia tiene que utilizar su posición geográfica para convertirse en una gran plataforma logística y centro de distribución del Sur de África, en el marco del nuevo tratado de libre comercio continental.

Como vemos, al momento de hacer negocios en Zambia se conjugan toda una serie de fortalezas y debilidades que derivan en un escenario muy complejo, pero esperanzador. El gobierno zambiano tendrá que implementar mejores estrategias y políticas de coordinación, comunicación e inclusión para conocer más de cerca las necesidades de la población, y si juntos logran hacer bien lo que a cada uno les corresponde, el país crecerá a niveles insospechados.

A diferencia de Zambia, el tema de los negocios no es prioridad para muchos países africanos – más preocupados en superar la pobreza y los conflictos internos – pero conforme se vayan alcanzando mayores niveles de paz y estabilidad, este tema deberá convertirse en una prioridad para todos. Muchos empresarios e inversionistas subestiman el tamaño de África y el enorme potencial de sus mercados, a la par que exageran sus problemas.

La consultora McKinsey publicó recientemente un informe que analiza a fondo las oportunidades de negocios que ofrece África dentro de la dinámica mundial, donde se señala que, si bien el continente está en la víspera de una auténtica revolución, todavía queda por detrás de otras regiones emergentes en la creación de grandes empresas, de las cuales, cerca de la mitad son sudafricanas. Del surgimiento de estas empresas depende el éxito de los países africanos dentro de este sector.

Actualmente, de las 400 empresas africanas que contabilizan las mayores ganancias, poco más de la mitad son nativas de África, el 27% son multinacionales y el 17% empresas paraestatales. Se presentan algunas historias corporativas de éxito (Industrias Dangote, MTN y Ethiopian Airlines), y existe aún mucho espacio para quienes se decidan a emprender.

Hay países (como Zambia) que llevan años trabajando, y otros que no han podido o no han querido aprovechar las oportunidades, por lo que existen notables diferencias entre unos y otros, donde algunas de las grandes economías tienen una mala valoración en las clasificaciones de competitividad económica y facilidad para hacer negocios, como Nigeria, Etiopía, Argelia y Angola. Países mucho más pequeños les llevan ventaja.

Finalmente, y a modo de conclusión, subrayo que es importante reconocer el gran potencial que tiene el sector privado africano para transformar la realidad de sus pueblos y acceder a mayores niveles de progreso y bienestar social, por lo que es vital empezar a monitorear las experiencias y los retos en aquellas naciones que ya están listas para albergar mayor actividad empresarial, que nos darán las pautas hacia un mayor desarrollo económico. La realidad de Zambia es un recordatorio de que no debemos descuidar la evolución de los negocios en África.


Carlos Luján Aldana

Economista Mexicano y Analista político internacional. Africanista por convicción y pasatiempo. Colaborador esporádico en diversos medios de comunicación internacionales, impulsando el conocimiento sobre África en la opinión pública y difundiendo el acontecer económico, geopolítico y social del continente africano, así como de la población afromexicana y las relaciones multilaterales México-África.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *