El Ubuntu como el eje de la transformación social del continente africano

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Fotografía: Flickr.

Ante la gran tragedia humanitaria y social que enfrentan la mayoría de los países del continente africano, es fundamental que rescaten sus raíces culturales para impulsar una gran transformación social de fondo. Para ello, la extensión de la práctica del ubuntu tiene el potencial de ser el catalizador del progreso social de los pueblos del continente.

¿Qué es el Ubuntu?

Hablar del ubuntu equivale a referirnos a una milenaria tradición africana que se ha transmitido de generación en generación hasta nuestros días. Podemos escribir bastante sobre los principios y valores que propone, pero su esencia radica en vivirlos, expresarlos y practicarlos. A modo de introducción sobre lo que es el ubuntu, les invito a que respondan para sí mismos las siguientes preguntas: ¿Qué haríamos si estuviéramos solos en este mundo?; ¿Por qué estamos aquí?; ¿Qué puedo hacer para ayudar al otro?; ¿Nos vemos realizados a nosotros mismos en otras personas?

Pues bien, el ubuntu consiste en conectar con los otros, hombres y mujeres, porque sólo a través de ellos encontraremos el sentido de pertenencia que necesitamos para sobrevivir en esta vida. Se basa en la creencia de que todos los seres humanos estamos conectados por medio de un vínculo existencial universal. Este modo de accionar está integrado en todos los aspectos de la vida cotidiana de los pueblos y tribus de origen bantú, que habitan en lo que comúnmente se conoce como África Subsahariana.

Literalmente, la palabra ubuntu se deriva de un aforismo de origen Nguni: Umuntu Ngumuntu Ngabantu, el cual puede ser traducido como una persona es una persona a través de otras. Esta palabra ganó popularidad en Sudáfrica, el país africano que más se asocia como origen del ubuntu. pero existen otras palabras en distintos dialectos bantús que tienen el mismo significado.

Diversos autores e investigadores se refieren al ubuntu como una filosofía. Sin embargo, si se comprende de manera correcta la naturaleza del ubuntu, éste no encaja correctamente en la definición clásica de filosofía, en el sentido de que se busca teorizar de manera formal el conocimiento y los límites de la existencia humana.

Más bien, el ubuntu es una filosofía de la praxis, es decir, de la práctica, de lo que nos aporta la experiencia. Es la cosmovisión africana de las relaciones sociales, una ética social y humanista. El ubuntu trae un rostro humano a cada aspecto de la vida. Afirma que ser humano es afirmar nuestra humanidad reconociendo la humanidad de otros, y sobre esta base establecer relaciones respetuosas.

Todo esto que se comenta se encuentra en un plano muy abstracto, por lo que podemos pensar que el ubuntu es una corriente muy amplia y difícil de comprender. Pero, por el contrario, el ubuntu es un concepto filosófico muy sencillo, que en pocas palabras, persigue el bien de la comunidad por encima del bien personal, así como en la construcción de sinergias donde la unidad es más efectiva que la suma de individualidades. En pocas palabras, la realización del otro como la fuerza centrífuga de las relaciones humanas.

Pero, como personas libres, cada uno de nosotros tiene la capacidad de elegir si quiere comprometerse con el bien común. Estos son algunos de los ejemplos que se llevan dentro de las comunidades bantús que expresan el espíritu del ubuntu en todo su esplendor:

  • Visitar un enfermo que no necesariamente es un familiar.
  • Adoptar un huérfano y cuidarlo como a su propio hijo.
  • Repartir comida a quien más lo necesita.
  • Compartir los productos de una cosecha entre todos los miembros de la comunidad.
  • Compartir grupalmente los beneficios de un premio que se obtuvo de manera individual.

El ubuntu surge en un contexto histórico y espacial muy particular, en donde la solidaridad grupal se convirtió en un aspecto central en la supervivencia de las comunidades bantúes que se asientan principalmente en el Centro y Sur de África, en medio grandes desafíos como el aislamiento geográfico, el hambre y la pobreza, y con un número muy reducido de individuos que componen las tribus o los clanes.

Por ello, el ubuntu tiene una concepción comunal del progreso y bienestar social, que involucra la protección de la humanidad, la distribución equitativa de la riqueza entre los miembros de la sociedad, así como beneficios mutuos y responsabilidad social entre sus integrantes. El liderazgo basado en el ubuntu implica compartir las cargas en tiempos difíciles, y así el sufrimiento se comparte y disminuye.

La visión del ubuntu rechaza la noción de que una persona puede ser identificada a través de sus características físicas y psicológicas. Lleva implícita la idea de que una sociedad es, en general, humanista, comunitaria y socialista por naturaleza. Por tal razón el ubuntu se equipara a un humanismo de reciprocidad, donde la comunidad es más importante que un individuo, y la supervivencia de un ser humano depende de otras personas. Todo el grupo debe estar conectado en la misma sintonía.

El individualismo, en su definición Occidental, no es viable dentro de la concepción filosófica del ubuntu, para quien es inadecuado como modelo para atender a la sociedad como un elemento humano básico. Se opone a la venganza, la envidia, el egoísmo y la confrontación. Se enseña a los niños desde muy pequeños a comunicarse efectivamente, a reconciliarse y a encontrar formas de eliminar resentimientos. Y en efecto, por naturaleza, el ser humano es un ser social, y sus necesidades y capacidades son el resultado de vivir en sociedad y sus instituciones, como el Estado, la Iglesia y la misma familia.

La base de esta corriente filosófica es el respeto, por uno mismo y por los demás. Por eso, si somos capaces de ver a los demás, incluso a los desconocidos, como humanos de pleno derecho, jamás los trataremos como si fueran inferiores. En este sentido, existen muchos otros valores que giran en torno al ubuntu, entre los que destacan aquellos que se aprecian en la siguiente imagen.

Valores del ubuntu

Tradicionalmente, las sociedades africanas bantús tienden a ser cohesivas, productivas, y a trabajar como una gran familia. En Tanzania y Malawi, por ejemplo, la familia sigue siendo el núcleo del colectivismo. En Eritrea, el sistema de familia extendida es una importante fuente de seguridad y apoyo económico y social en la vida cotidiana, en las enfermedades y en la vejez. En caso de pérdida de empleo, es obligación moral de un eritreo que tiene ingresos apoyar a un desempleado.

En el continente, la herencia tradicional en muchas regiones refleja las normas culturales del trabajo en equipo, cooperación y ayuda mutua en tiempos de prosperidad y adversidad. El colectivismo es tan fuerte que generalmente los africanos tienen la creencia de que el éxito o fracaso del grupo es causado por espíritus que controlan la sociedad, en correspondencia con las prácticas animistas que aún se practican entre los pueblos de origen bantús.

Mujeres de la etnia ndebele, una de las ramas del pueblo bantú, que se asientan actualmente en Zimbabue y el norte de Sudáfrica. Fotografía: Flickr.

Por esta razón, el ubuntu está asociado negativamente con rituales africanos obsoletos, costumbres y prácticas de brujería, pero estas afirmaciones están llenas de prejuicios que no tienen nada que ver con la realidad. A su vez, existen temas polémicos y tabús dentro de estas sociedades, como la igualdad de género y el matrimonio homosexual, entre los más destacados.

Pero sin duda, la crítica más seria que se hace al ubuntu es el cuestionamiento a su condición de universalidad. Si bien es cierto que el ubuntu ha sido implantado fuera de África, lo cierto es que este concepto no puede ser universal, dado que surgió y se inscribe en un lugar determinado, en este caso, en aquello que podríamos denominar el universo negro bantú, tal como ya revisamos.

También se ha argumentado que no tiene un marco teórico sólido y bien definido. Además, para algunos autores, los principios del ubuntu pueden ser usados a modo de manipulación para convertir a los africanos en seres sumisos y dependientes. No obstante, en el ubuntu real, África será capaz de proteger su cultura, creencias, intereses económicos y su futuro, siempre que se mire desde la óptica de lo que se conoce como afroperspectivismo, una corriente que reconoce las aportaciones de otros campos epistemológicos surgidos fuera del universo negro bantú africano que enriquezcan y amplíen la práctica del ubuntu. Pero esta situación ha generado nuevos retos.

La teorización del ubuntu y su papel en la construcción de las naciones africanas independientes.

La trata de esclavos y el colonialismo europeo fueron dos episodios perversos que generaron en una deshumanización de las y los africanos, quienes sufrieron una profunda degradación en todos los planos: ideológica, económica, filosófica, ontológica, entre muchos otros.

Por ello, los grandes exponentes de la libertad y las independencias africanas han buscado reencontrarse con las raíces, la cultura y la tradición africana, y en este sentido, el rescate y difusión de los principios y valores del ubuntu no han pasado desapercibidos para impulsar esta labor.

Sin embargo, en este caso, todos ellos se enfrentaron a un importante desafío conceptual para su propósito: ¿Cómo teorizar un concepto que no es una teoría, como lo es el ubuntu? Y más importante aún: ¿Se puede teorizar sobre el ubuntu? Al respecto, los documentos escritos son escasos. Las generaciones han aprehendido en ubuntu a través de la interacción directa con sus comunidades locales.

Aunque el ubuntu está asociado con atributos positivos, no está plenamente difundido dentro de las sociedades africanas. Muchos africanos no han escuchado nunca este concepto, sobre todo en los centros urbanos. Las filosofías occidentales y orientales han sido diseminadas por el continente, e implantadas en sus sistemas educativos. Las teorías africanas no se enseñan. El resultado fue la difusión de filosofías individualistas que no se relacionan con la cultura comunal bantú.

Ante este desafío, han sido muchos los personajes que han tomado como estandarte los principios del ubuntu para impulsar el desarrollo y renacimiento de sus sociedades. Quizás el máximo representante del ubuntu ha sido el recién fallecido arzobispo emérito sudafricano Desmond Tutu, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1984, quien presidió la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, que tenía el objetivo de superar los daños provocados por el perverso sistema del Apartheid. Él contribuyó mucho a la teorización del ubuntu, que desde su perspectiva, es la esencia de la existencia humana.

Desmond Tutu. Fotografía: Wikimedia Commons.

Nelson Mandela también es uno de los grandes exponentes del ubuntu, cuya esencia se plasma en su pensamiento, discursos y frases. También encontramos a dos mujeres que han dedicado gran parte de su obra a este concepto: la activista liberiana Leymah Gbowee y Mungi Ngomane, nieta del arzobispo Desmond Tutu, quien el año pasado publicó un libro que se titula Ubuntu, lecciones de sabiduría africana para vivir mejor.

De esta manera, el ubuntu poco a poco se ha ido internacionalizando, y este concepto ha sido aplicado extensamente en teología, administración y computación. Muchos jefes de Estado africanos también han estado expuestos a los valores y principios del ubuntu. Las luchas de liberación africanas se inspiraron en el ubuntu, que surge como respuesta al régimen colonial explotador europeo que los deshumanizó, buscando la necesidad de alcanzar la equidad y justicia.

Marcus Garvey y Kwameh Nkrumah hablaron sobre el concienticismo, una filosofía que se relaciona con el ubuntu. En Tanzania, juluis Nyerere se refirió al ujamaa como un concepto comunitario, que buscaba alcanzar el espíritu comunal y rescatar la tradición africana. En Zambia, Kenneth Kaunda habló de un humanismo zambiano. Incluso en Libia, Muammar Gadafi llegó a hablar de la colectividad africana.

Sin embargo, todos ellos enfrentaron desafíos en su aplicación debido a la proliferación de ideologías extranjeras dentro de unas sociedades africanas que ya son indiscutiblemente multiculturales. A pesar de ello, los preceptos del ubuntu pueden y deben de ser retomados de modo creativo para impulsar el desarrollo social que tanto necesitan los países africanos.

Ubuntizar la política social africana.

Como hemos visto, el ubuntu apuesta por alcanzar la felicidad, el progreso y el bienestar a través del reconocimiento y la realización humana a través de otras personas, proponiendo un espíritu en donde la comunidad es más importante que cualquier individuo.

Para que el ubuntu sea efectivo, se requiere una adecuada comprensión del contexto africano, pero los nuevos tiempos exigen que este concepto filosófico africano se integre y se nutra de otras aportaciones culturales y filosóficas dentro y fuera de África. Así, casi de manera natural, este modelo puede contribuir positivamente a la planeación e implementación de nuevas y mejores políticas sociales, especialmente en el ámbito social, y en algunos casos ya se ha aplicado con éxito.

África necesita volver a sus raíces, africanizase, repensar sus políticas sociales para adecuarlas a sus contextos socioculturales. Estos son algunos de los campos en donde la aplicación de los valores y principios del ubuntu puede ser efectiva:

  • Justicia, democracia y buen gobierno. Algunos investigadores concluyen que la aplicación efectiva de ubuntu se encuentra en armonía con principios democráticos y de buen gobierno. Algunos de los ejemplos más representativos en este sentido son la Kgotla de Botsuana y las Cortes Gacaca que se celebraron en Ruanda para hacer justicia a las víctimas del terrible genocidio de 1994, que apelan a las decisiones comunales, el careo y la reconciliación a través de vías pacíficas y no violentas. Esto demuestra que hay que ubuntizar constituciones, sistemas políticos, jurídicos, económicos, interrelaciones humanas, personales, ya que, en muchas ocasiones, son estos quienes nos deshumanzan.
  • Empleo. Los postulados del ubuntu han sido aplicados con gran éxito en importantes corporativos y empresas dentro y fuera de África, enfatizando mucho en el trabajo en equipo para alcanzar las metas y objetivos propuestos. De la misma manera, muchos programas sociales y económicos deben enfatizar en tener un buen ambiente laboral y mejores técnicas para tratar a las personas como humanos, no como capital humano que está programado para hacer determinadas labores y que no tiene sentimientos.
  • Sustentabilidad. El ubuntu tiene efectos positivos en materia de sustentabilidad. Como la existencia está considerada como parte de la creación, en África existe mucho escepticismo sobre la visión de que los humanos pueden ser definidos como seres solitarios y en términos de cualidades individuales. En este sentido, y tomando en cuenta la crisis ambiental mundializada a la que nos enfrentamos, tenemos que hacer conciencia de que los seres humanos formamos parte de los ciclos de la naturaleza y crear un vínculo más estrecho con “la madre tierra”.

Por tanto, una política de humanidad, como la que propone el ubuntu, es el antídoto perfecto a los individualismos extremos de nuestro tiempo. Otra África es posible, así como también otra humanidad con mayor paz, armonía, prosperidad y progreso social. Todos tenemos un rol dentro de la sociedad, y es de vital importancia que nuestras acciones inspiren a otros a tener un futuro mejor y más brillante.


Carlos Luján Aldana

Economista Mexicano y Analista político internacional. Africanista por convicción y pasatiempo. Colaborador esporádico en diversos medios de comunicación internacionales, impulsando el conocimiento sobre África en la opinión pública y difundiendo el acontecer económico, geopolítico y social del continente africano, así como de la población afromexicana y las relaciones multilaterales México-África.

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