Afromexicanos, el rostro oculto de la nación mexicana

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Pintura de castas que representa la unión entre un negro y una india. Fotografía: Wikimedia Commons.

Durante siglos, México ha forjado su identidad asumiendo que su origen como nación es fruto de la fusión de elementos españoles e indígenas. No obstante, esto es parcialmente cierto, dado que en la historia de nuestro país también observamos aportaciones de otros grupos, entre ellos, el de los afrodescendientes, solo que se encuentran ocultas o no son reconocidas.

México podría catalogarse como un país mayoritariamente mestizo, católico, joven y urbano. Sin embargo, en realidad es un país muy diverso. A lo largo de los siglos, nuestro país se ha nutrido de las aportaciones de grupos humanos con distinto origen, que se manifiestan en la cultura, las artes y en la vida cotidiana, conformando al día de hoy un gran patrimonio material e inmaterial. De aquellos grupos, uno de los más olvidados y discriminados es el de las personas de origen africano, los afromexicanos.

En la literatura y política mexicanas es recurrente el uso del término raza de bronce para referirse a las y los mexicanos, que somos resultado de la “aleación” o mestizaje de muchas razas. Pero con el paso del tiempo este concepto derivó en una sola personalidad del mexicano y terminó por ocultar el hecho de que venimos de muchas etnias diferentes, entre las que se encuentran las africanas. Se calcula que más del 75% de los mexicanos tenemos algún ancestro africano, aunque nuestros rasgos afrodescendientes son menos aparentes en comparación con otros países de América.

La llegada de africanos a tierras mexicanas comenzó, al igual que en el resto del continente americano, en el periodo colonial europeo. Todos ellos fueron traídos para hacer el trabajo pesado en las minas, haciendas e ingenios en calidad de esclavos y sirvientes. En el caso mexicano, los monarcas españoles, los frailes y los particulares estimularon la llegada de estos esclavos, cuyo número llegó a ser muy alto. Se tenía la seguridad de que un negro trabajaba más que cuatro indios juntos y que eran aptos de vivir en el sur de la Nueva España.

Posteriormente, el proceso de mestizaje fusionó los rasgos fisiológicos de los grupos raciales del país, cuestión que fue explotada con habilidad en la construcción de la nación mexicana. Durante el México postrevolucionario se difundió una visión homogénea del país, popularizando a nivel nacional e internacional la imagen de un país rural, con maizales y sombreros de charro, inmortalizada en producciones cinematográficas como Allá en el rancho grande. Esto fue parte de la retórica del nacionalismo revolucionario, cuyos preceptos motivaron el desarrollo económico de México en las décadas venideras. Por esta causa, la percepción de gran parte de la población del país hacia los afros está llena de estereotipos.

Para muchos mexicanos, la personalidad de los afromexicanos es representada por Memín Pingüín, el protagonista de una de las historietas más populares de México. Este personaje es caracterizado con labios gruesos y orejas grandes, con personalidad simpática, traviesa y trabajadora, aunque sin aptitudes para el estudio. Su contenido ha generado una gran controversia desde los inicios de la historieta, en los años sesenta. Para algunas Asociaciones Civiles y parte de la Comunidad Afrodescendiente de toda América su contenido es racista, principalmente porque la apariencia física de Memín se asemeja al de un mono. Por el contrario, para otros Memín es un héroe, cuya la historia enaltece los valores familiares.

De igual manera tenemos al negrito sandía, una canción infantil del cantautor mexicano Francisco Gabilondo Soler, mejor conocido como Cri Cri, que trata de un hombre afrodescendiente bailador, angelical y bien parecido, pero muy grosero. En ella podemos entender un mensaje de buenos modales dirigido a los niños que aparentemente es noble, pero al mismo tiempo, reproduce estereotipos raciales muy violentos y ofensivos hacia los afrodescendientes que surgieron en los Estados Unidos durante la Guerra Civil estadounidense, donde se les identifica con las sandías, el pollo frito y el Kool-Aid, lo que genera una idea muy distorsionada sobre la gente de color, que incluso pasó inadvertida para su propio autor

Aunque quizás estos dos personajes no fueron creados de forma malintencionada ni con el objeto de burlarse o discriminar a los afromexicanos, sí reflejan una percepción muy superficial sobre los integrantes de este grupo poblacional.

En el 2015, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), dio el primer paso para conocer con mayor detalle las características sociodemográficas de la población afrodescendiente en México, al incluir por primera vez en la Encuesta Intercensal que se llevó a cabo en ese año, una pregunta enfocada para identificar a este segmento de la población mexicana. Esta pregunta fue redactada de la siguiente manera: De acuerdo con su cultura, historia y tradiciones, ¿se considera negra(o), es decir, afromexicana(o) o afrodescendiente?

Los resultados de la encuesta estimaron un total de 1,381,853 afrodescendientes en México, lo que equivale al 1.2% de la población total del país. Por la forma en que fue redactada la pregunta, este dato solo incluye a las personas que se identifican como afrodescendientes, por lo que probablemente este dato en realidad sea mayor, independientemente del margen de sesgo que presentan este tipo de ejercicios estadísticos. Con todo, estas cifras son bastante confiables y nos permiten indagar sobre las características de este sector.

Del total de afrodescendientes en el país, el 22% vive en el Estado de México, que a su vez es la Entidad Federativa más poblada del país. No obstante, son las Entidades del Sur del país las que tienen mayor proporción de afrodescendientes con respecto a su población, con Guerrero (6.5%) y Oaxaca (4.9%) a la cabeza, que, dicho sea de paso, se encuentran entre los Estados más pobres de la República. Y dentro de estos dos Estados, los afromexicanos están concentrados en los municipios de la Costa Chica.

Los afrodescendientes en México radican mayoritariamente en el Sur del País y en los más poblados. Elaborado con base en la Encuesta Intercensal, INEGI (2015).
Los afrodescendientes en México radican mayoritariamente en el sur del País y en los más poblados. Elaborado con base en la Encuesta Intercensal, INEGI (2015).

Al rastrear los orígenes de los afromexicanos, nos encontramos con los grupos étnicos mandingos y wolofs de África Occidental, así como aquellos del tronco cultural bantú del centro y Sur de África. No obstante, una vez terminado el periodo colonial y a lo largo de los últimos siglos, también arribaron a nuestro país hombres y mujeres africanos, como parte de la diáspora africana por el mundo. Por último, se han quedado a radicar en México grupos estadounidenses, cubanos, haitianos y hondureños que también pueden ser caracterizados como afrodescendientes, por lo que la situación de todos ellos en nuestro país es muy compleja y diversa, condicionada de acuerdo a las regiones donde se encuentran establecidos.

Los resultados de la Encuesta Intercensal para los afrodescendientes, en general, tienden a ser similares al promedio nacional, pero también arrojan hallazgos bastante interesantes. Resalta el hecho de que el 64.9% de la población afrodescendiente también se considera indígena, de la cual el 9.8% también habla alguna lengua mexicana nativa. Esta situación de doble pertenencia refleja la enorme diversidad étnica de nuestro país, y complica la correcta identificación de la comunidad afromexicana. Además, presentan mayor rezago educativo y un menor acceso tanto a prestaciones laborales como a la calidad en los espacios de sus viviendas. En la siguiente infografía se muestran éstos y otros datos interesantes de la Encuesta.

Otro resultado que llama la atención es que los integrantes de esta comunidad tienen mayor movilidad sobre el territorio mexicano, lo cual explica la enorme dificultad que enfrentan para integrarse plenamente como miembros de la nación mexicana.   

En este sentido, y sin duda alguna, el mayor desafío que enfrentan los afrodescendientes en México es ser reconocidos como mexicanos, con los mismos derechos y oportunidades. Son frecuentes los actos discriminatorios hacia los afromexicanos, que a menudo son tratados como extranjeros en su propio país. A su vez, el Estado mexicano no cuenta con políticas públicas que atiendan específicamente los rezagos que presentan.

México tiene una gran deuda histórica con los afrodescendientes del país. Durante siglos se han borrado de los libros de historia del país el enorme e invaluable aporte de este grupo en la cultura y la política mexicana. Es justo reconocerlos como parte integral de la nación mexicana, y convertirlos en actores clave para el desarrollo y prosperidad de este gran país.


Carlos Luján Aldana

Economista Mexicano y Analista político internacional. Africanista por convicción y pasatiempo. Colaborador esporádico en diversos medios de comunicación internacionales, impulsando el conocimiento sobre África en la opinión pública y difundiendo el acontecer económico, geopolítico y social del continente africano, así como de la población afromexicana y las relaciones multilaterales México-África.

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