La fecha más africana del calendario

El 25 de mayo es una fecha muy especial para África, sus habitantes y la población afrodescendiente de todo el mundo.

En esta fecha, en el año de 1963, se creó en Addís Abeba, Etiopía, la Organización para la Unidad Africana (OUA), antecedente de la actual Unión Africana, por los jefes de Estado y de Gobierno de los entonces nacientes países africanos, con el objetivo de fortalecer y fomentar la solidaridad, la unión y el desarrollo de todos los pueblos del continente, y cuyo fin último es alcanzar un mejor destino común. Es por ello que en esta fecha se festeja el Día Internacional de África, al que también podría denominarse como Día de la Africanidad.

En estos tiempos contemporáneos que vivimos cada vez es más común que casi cualquier cosa, objeto, tema o situación tenga su “día especial”, a tal grado que esta tendencia llega a fastidiar demasiado. Sin embargo, en la mayoría de los casos está justificada su creación, pues se busca reconocer o concientizar sobre alguna problemática o asunto en particular. Y este caso no es la excepción.

El Día de África se celebra para recordarnos que ese continente fue nuestro primer hogar como especie, así como reconocer las valiosas aportaciones que los pueblos, civilizaciones, culturas y personajes africanos han realizado a lo largo del tiempo en pro de la humanidad.

No obstante, quizás el mayor sentido de la celebración de este día gira en torno a una triste realidad: África es un continente marginado, menospreciado, olvidado y desconocido, situación que se ve reflejada en diversos ámbitos.

Lo que pasa en África rara vez ocupa las planas estelares dentro de los diversos espacios y medios informativos, los Estados africanos tienen muy poco poder de decisión en los foros internacionales, existen numerosos mitos en torno a su gente y su entorno, sus logros son ignorados, sus conflictos maximizados, pocos se preocupan por sus problemas… y así podríamos enumerar un largo etcétera.

Resulta paradójico que en plena era de la globalización, donde más que nunca en la historia tenemos acceso a tantísima información de todo tipo, el campo de los estudios africanos permanezca tan vacío, considerando el trascendental papel que África está desempeñando en el curso de nuestras vidas.

Es por todo esto que el Día de África es una muy buena ocasión para adentrarnos en el fantástico, maravilloso y desconocido continente africano, conocer sus costumbres, sus tradiciones, su historia, su cultura, su literatura y su gente.

De igual forma, este día se presta para conocer e identificar los principales problemas del continente, analizar sus conflictos y marcar sus desafíos, todo ello a partir de un prisma objetivo, sin llegar a ser pesimistas ni optimistas en cuanto a su futuro, sino todo lo contrario: marcar una postura responsable. Este equilibrio nunca se alcanzará si seguimos concibiendo a África como un lugar exótico y lejano.

África está más cerca de nosotros de lo que nos imaginamos. La fisonomía de la humanidad está conformada por muchos elementos africanos, de los cuales no somos conscientes de que existen, pero que ahí están, sin darnos cuenta, mismos que podemos aprovechar para mejorar nuestro estatus de vida.

El mundo necesita africanizarse. Comprender y adaptar la cosmovisión y filosofía de todos los pueblos africanos en estos tiempos contemporáneos debe ser el antídoto perfecto ante una sociedad global hiperoccidentalizada, donde el individualismo, el consumismo y la indiferencia corrompen día tras día la convivencia social, los ecosistemas y el entorno en el que vivimos.

Siempre es sano el intercambio entre culturas y pueblos para lograr la paz y armonía entre todas las naciones de la tierra. Existe un enorme cúmulo de conocimientos y experiencia acumulada en África lista para contribuir al progreso del mundo. Por ello, estudiar y analizar los asuntos africanos significa mucho más que “aprender por aprender”, es una urgente necesidad, no solamente en una fecha especial, también a lo largo del resto del año.

Esta labor es una tarea permanente en este espacio, donde seguiré asumiendo el compromiso de brindarles información que les permita ampliar su mirada y crear nuevos paradigmas sobre la realidad africana. Colocar esta realidad en el lugar que se merece no será sencillo, pero vale la pena seguir en este viaje.

Finalmente, a todas y todos ustedes, les deseo un Feliz Día de África.


Carlos Luján Aldana

Economista Mexicano y Analista político internacional. Africanista por convicción y pasatiempo. Colaborador esporádico en diversos medios de comunicación internacionales, impulsando el conocimiento sobre África en la opinión pública y difundiendo el acontecer económico, geopolítico y social del continente africano, así como de la población afromexicana y las relaciones multilaterales México-África.

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