Cultivos agrícolas en África: maíz (II)

Fotografía: Flickr.

En este artículo continuamos con el análisis de los impactos que tienen los cultivos agrícolas sobre las economías y las sociedades de África, y ahora toca el turno del maíz, un alimento originario de México que ha sido trasplantado en todo el mundo e integrado en la dieta de millones de personas gracias a sus bondades. Pero en el caso específico del continente africano su presencia no es del todo positiva.

Sin maíz no hay país es la frase que sintetiza todo lo que representa este alimento para las y los mexicanos, en donde se conjuga el amor a la tierra y el deseo de los hombres por cultivarla. Gracias a los cultivos de este cereal fue posible el surgimiento y desarrollo de las grandes civilizaciones de Mesoamérica, y hasta el día de hoy es un alimento básico y posee un valor simbólico e histórico invaluable para México. Sin embargo, este valor no ha sido el mismo para las sociedades africanas, a quienes el maíz les fue traído por los europeos en el siglo XVI.

En este continente su impacto es contradictorio, ya que a pesar de que ya está integrado en los platillos de la región, su introducción en estas tierras tiene un pasado de esclavitud, colonialismo y globalización. Antes de su llegada, la dieta básica de los africanos consistía en sorgo, rapoko, mijo, mandioca y ñame.

Para el caso de Senegal, el fonio es un cereal que lleva cultivándose mucho más tiempo que el maíz, y que a pesar de que también constituye una fuente de energía y trae beneficios a la salud, se ha convertido en un cultivo marginal, pero cuya producción a gran escala proporcionaría una fuente de alimentación completa para millones de africanos.

Por esta y otras razones más, el intercambio ecológico no fue equitativo, y las tierras africanas han tenido que adaptarse a los cultivos que les fueron impuestos, entre los que destaca, por supuesto, el maíz americano, el cultivo agrícola más rentable y producido en el mundo, del que se derivan multitud de alimentos. Además, tiene potencial energético para producir etanol y es utilizado como forraje para animales.

Existen muchas variedades o razas de maíz, muchas de las cuales son endémicas de México, pero en África solamente se produce maíz blanco y maíz amarillo, que son los cultivos más rentables y comerciales. Actualmente los cultivos de maíz cubren cerca del 17% del total de la tierra cultivable en África, y se estima que más de 300 millones de personas dependen del maíz como fuente de alimentos y de vida. Sudáfrica, Nigeria, Etiopía, Egipto y Tanzania lideran la producción de maíz en África, y es especialmente importante en el sur y el este del continente. En cuanto a su consumo, Malawi y Zambia encabezan la lista entre los países africanos.

El mercado de maíz en el continente africano es un escenario complejo, donde algunas naciones son importadoras netas de este cereal, mientras que otras mantienen importantes excedentes que se exportan. Esta situación provoca que el comercio intrarregional del maíz sea muy importante, y la evidencia empírica demuestra que los mercados nacionales se encuentran conectados con los mercados vecinos a través del comercio formal e informal.  

Por lo mismo, tradicionalmente el maíz está sujeto a intervenciones gubernamentales a través de programas destinados al control y estabilización de los precios, dado que el maíz es un cultivo vulnerable a los efectos del cambio climático, lo cual genera incertidumbre en su oferta. Si no se maneja adecuadamente, causa degradación y erosión del suelo, destrucción de la biodiversidad y pérdida en la diversidad de cultivos.

Aunque este cereal no es tan resistente a las sequías en comparación con otros cultivos, presenta otras ventajas: madura más rápido, es fácil de preparar y de procesar, y puede adaptarse a distintas condiciones climáticas. Esas características facilitaron su introducción en África, pero a pesar de que ha aumentado la esperanza de vida entre los más pobres, el impacto ambiental es significante.

El asunto del maíz genéticamente modificado es otro punto de controversia. Existe un rechazo cada vez más amplio al maíz transgénico por parte de científicos, agricultores, consumidores y organizaciones ambientalistas, y si bien este tipo de cultivos son más resistentes a las sequías y las plagas, hay muchos riesgos con este tipo de biotecnología, que van desde promover una mayor uniformidad en los sistemas de producción agrícola hasta efectos negativos de difícil detección en la salud de los consumidores.

Están en juego los negocios de las empresas de semillas transgénicas y el sustento de los productores. En África este debate está entrando en una etapa decisiva, en donde varios países varios países están replanteándose el tradicional enfoque de rechazo a los alimentos genéticamente modificados, y han levantado algunas restricciones hacia ellos debido a los efectos cada vez más fuertes de las plagas y las sequías.

Por otro lado, el maíz es favorable para muchos agricultores, desde los pequeños productores hasta los grandes terratenientes, porque todas las partes de la mazorca pueden ser utilizadas para la elaboración de muchos productos alimentarios y no alimentarios, tal como sucede con el aceite de palma. No obstante, y a diferencia de éste, no existe una tradición ancestral en cuanto al consumo de maíz entre los pueblos africanos.

Existen otros alimentos que pueden incidir mejor en el combate al hambre, la pobreza y la seguridad alimentaria de los países africanos, como el arroz y el sorgo, que representan mejores alternativas para el consumo de acuerdo a las especificidades y tradiciones de los pueblos africanos. Ello no necesariamente implicaría el abandono del maíz, sino más bien, replantearse su producción y consumo tomando en cuenta los efectos medioambientales y socioeconómicos que tiene, así como en el máximo aprovechamiento de sus propiedades nutricionales. 

El maíz llegó a África hace 500 años, pero no así el conocimiento ancestral mexicano en torno a su procesamiento. Si no se domina su siembra y cosecha, los granos de maíz contienen un menor valor nutricional y mayor número de micotoxinas, mismas que incluso pueden provocar ciertos tipos de cáncer, hepatitis, cirrosis y otros padecimientos

La clave que hace del maíz un alimento nutritivo y digerible es la técnica de nixtamalizacion, que consiste en la cocción del maíz en agua y cal. Están en operación varios proyectos de nixtamalización en África operados por asociaciones mexicanas, sobre todo en Kenia, pero sin duda los productores y comerciantes africanos del maíz tienen mucho que aprender para aprovechar todos los beneficios que ofrece este cultivo.

Se dice que el maíz ha sido el recurso más eficiente contra el hambre en África, pero también sentó las bases de un sistema agrícola y social muy desfavorable, donde ha desplazado la producción de otros cultivos tradicionales. Por sus características, la demanda mundial y por ser fuente de ingresos y alimentos para muchas familias africanas, sería un grave error que los países y agricultores africanos abandonaran los cultivos de maíz, pero es urgente que este alimento sea integrado y combinado con otros alimentos, se amplíe la técnica de la nixtamalización y la realización de estudios rigurosos donde se demuestre la viabilidad y sustentabilidad de los cultivos. De esta manera, el impacto de este cereal mexicano tiene el potencial de revertir la balanza hacia los efectos más positivos que el maíz es capaz de brindarnos.


Carlos Luján Aldana

Economista Mexicano y Analista político internacional. Africanista por convicción y pasatiempo. Colaborador esporádico en diversos medios de comunicación internacionales, impulsando el conocimiento sobre África en la opinión pública y difundiendo el acontecer económico, geopolítico y social del continente africano, así como de la población afromexicana y las relaciones multilaterales México-África.

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