¿Por qué la cultura mexicana es cada vez más popular en Kenia?

En últimas fechas ha llamado la atención un agradable fenómeno: los aspectos más representativos de la cultura mexicana están invadiendo rápidamente a Kenia, particularmente a su capital, Nairobi. Me he dado a la tarea de averiguar los motivos que han provocado la fiebre mexicana en este país africano, y esto fue lo que me encontré.

Kenia y México son países muy distintos entre sí, pero esto no ha sido impedimento para que ambos pueblos mantengan relaciones e intercambios cada vez más sólidos, sobre todo en el ámbito cultural. No es ningún secreto que la cultura mexicana es amada en naciones como Estados unidos, Canadá, Colombia y España, pero sí resulta extraño observar que está causando sensación en Kenia, una nación del continente africano muy alejada de nuestro territorio, y donde la comunidad mexicana apenas alcanza los 200 connacionales, que no cuentan con un barrio formalmente establecido. Pese a ello, la gente de aquel lejano país ya adora lo mexicano, sobre todo los tacos, el tequila y las telenovelas, que han conquistado su corazón y su paladar.

Por supuesto que esto es un aspecto sumamente positivo para México, puesto que gana, a través de la cultura, mucha credibilidad y prestigio en un continente donde históricamente tiene muy poca presencia, tendencia que se puede aprovechar para impulsar nuevos e innovadores proyectos, así como estrechar lazos de amistad más fuertes con los países africanos, en particular con Kenia. En este sentido, cobra vital importancia averiguar por qué la cultura mexicana ha tenido éxito en este país en particular. De todo lo que pude investigar, ello se debe principalmente a lo siguiente:

1.- La labor de los misioneros mexicanos católicos.

Si bien son muy pocos los mexicanos que radican en Kenia, casi todos ellos han difundido con entusiasmo muchas costumbres y tradiciones mexicanas en este país. Este hecho lo debemos, en gran parte, a los misioneros católicos mexicanos que se encargan de la evangelización en aquellas tierras desde hace más de 50 años, específicamente el grupo de los Misioneros de Guadalupe, una congregación mexicana que difunde la religión católica en países donde no tiene mucha presencia.

Además de Kenia, esta institución está presente en Uganda, Angola y Mozambique, teniendo como estandarte a la virgen de Guadalupe, símbolo de la mexicanidad y de la misma evangelización de México.

Pues bien, además cumplir con sus obligaciones religiosas, sus miembros se dan tiempo para dar a conocer nuestra cultura, historia y gastronomía entre las 19 comunidades parroquiales que se mantienen en distintas regiones de Kenia, incluida el área urbana de Nairobi. De esta forma, los fieles africanos han ido adquiriendo una formación cultural y religiosa con un marcado sello mexicano, teniendo buena aceptación. Poco a poco han surgido nuevas manifestaciones culturales donde se combinan elementos mexicanos y kenianos.

Es representativo el caso de Édgar Manuel Vargas Gallegos (mejor conocido como The Romántico), un veracruzano que llegó a Kenia para hacer su seminario y ordenarse sacerdote, pero que finalmente abandonó para dedicarse a su otra pasión, la música, fusionando ritmos tradicionales kenianos y mexicanos, cantando en swahili y español. Muy pronto se convirtió en un suceso en Kenia, y es una estrella en pleno ascenso.

En gran parte de su trayectoria musical ha estado acompañado de Jason Dunford (cuyo sobrenombre es Samaki Mkuu), ex nadador keniano y multimedallista en los Juegos Panafricanos de Argel 2007, quien también tuvo una destacada participación en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y Londres 2012. En estos últimos fue el abanderado de su delegación. Su gran popularidad y la dupla sui géneris que conforma con el mexicano Edgar Vargas, han contribuido a un mayor conocimiento de ritmos mexicanos y latinos en Kenia.

2.- La influencia de la comunidad keniana en México.

A diferencia de su contraparte, en México sí existe una comunidad keniana muy definida. En su mayoría se trata de corredores deportistas y sus familias, que aprovechan la altitud de las ciudades mexicanas para vivir, entrenar y mejorar su desempeño en las carreras y maratones organizadas en México y en otras partes de América. Esta disciplina se ha convertido en su principal fuente de ingresos, ya que a menudo ganan todos los eventos por sus cualidades de velocistas, obteniendo sumas importantes de dinero.

México, por sus características geográficas y al ser un punto intermedio entre Estados Unidos y Sudamérica, se ha convertido en un imán de kenianos. La ciudad de Toluca (ubicada a 2,667 msnm.) es la que concentra la mayor cantidad de kenianos. Otro sitio preferido por ellos es Zacatecas, que cuenta con un clima muy similar al de Nairobi.

Desde hace años las autoridades mexicanas han tratado de contener la invasión de corredores kenianos a nuestro país, ya que varios de ellos presentan problemas migratorios, además de que son vistos con resentimiento por los deportistas nacionales porque los africanos se llevan casi todos los premios, a pesar de que pagan impuestos. Aquí podemos encontrar versiones contradictorias, ya que algunos kenianos se sienten contentos en México, mientras que otros aseguran haber sido víctimas de discriminación y abusos.

Pues bien, pese a este ambiente un tanto hostil, muchos kenianos, en su ir y venir de su país a México, se han visto inspirados para impulsar la cultura mexicana en su país derivado de sus experiencias personales. Lo que más les atrae son la música, el baile y la comida. Una de estas historias es la de dos hermanos que, inspirados en los platillos que probaron en San Miguel de Allende, abrieron un restaurante que llamaron Mercado (lugar donde en México pueden adquirirse productos frescos).

En un inicio la población keniana observaba con curiosidad los elementos de la cultura mexicana, que eran sumamente extraños para ellos, lo cual es bastante lógico. La decoración multicolor la concebían como un mal juego de tetris, veían con incredulidad las catrinas y calaveras sobre las mesas, les llamaba la atención el “mortero de granito” (molcajete) y solicitaban descripciones detalladas de los platillos mexicanos. Pero poco a poco, y gracias a los kenianos que han visitado México, los prejuicios y dudas se fueron diluyendo.

3.- Similitudes geográficas, climáticas, gastronómicas y urbanas entre Kenia y México.

Como resultado del encuentro entre mexicanos y kenianos, la influencia de la cultura mexicana en la vida cultural de Nairobi es cada vez mayor y está presente en muchos aspectos, principalmente en la comida, en la radio y en la televisión. Este intercambio ha puesto al descubierto la existencia de un gran número de similitudes y profundas conexiones entre ambos pueblos. De acuerdo con investigadores de la Universidad de Princeton, quizás ninguna otra colonia recibió tantos esclavos de África durante el Siglo XVI como la Nueva España, quienes contribuyeron con sus conocimientos en la construcción de nuestro patrimonio cultural.

Por tanto, la cultura mexicana presenta, desde su concepción, orígenes africanos, por lo cual no debería sorprendernos tanto el gran aprecio de los africanos hacia “lo nuestro”. Pero en Kenia su impacto ha sido mayor porque, además de esto, se presentan ciertas condiciones que permiten la introducción y reproducción de formas, manifestaciones y elementos propios de México que facilitan el diálogo y entendimiento entre ambos pueblos. Veamos algunos de estos.

Por su clima y geografía, Kenia es capaz de producir algunos cultivos endémicos de México, como el nopal, el maíz y el aguacate. En relación a este último, Kenia es el sexto productor mundial, y el primero en África. Muchos pequeños agricultores han abandonado incluso los cultivos tradicionales del café y el té para producir aguacates, por los que Europa está dispuesta a desembolsar cantidades importantes de dinero.

Por otro lado, la embajada de México en Kenia coordina un proyecto para que Kenia adopte la nixtamalización del maíz, una técnica utilizada desde tiempos prehispánicos en México para potenciar los beneficios de este cultivo y contribuir a la salud, nutrición y seguridad alimentaria en un país que sufre agudas sequías y hambrunas.

También en materia gastronómica, la comida keniana es muy similar a la mexicana en términos de técnicas culinarias e ingredientes. Por ejemplo, el ugali, alimento típico del Este de África, recuerda un poco a la masa de maíz mexicana, que se utiliza para elaborar tortillas, tamales y muchos otros platillos. Del mismo modo, hay una ensalada keniana con el nombre de kachumbari, que lleva prácticamente los mismos ingredientes que el pico de gallo mexicano: tomate, cebolla y cilantro.

Esto último explica en gran parte el boom de los restaurantes mexicanos en Nairobi. Uno de los mejores es la Fonda NBO, ubicada en el corazón de la capital, y cuyos dueños incluso producen orgánicamente productos mexicanos que difícilmente se pueden encontrar en Kenia, como el chile habanero, el orégano y el epazote. Aquí los locales y los turistas pueden disfrutar de platillos, bebidas y postres de muchas regiones de México.

En consecuencia, la vida urbana de Nairobi poco a poco se va mexicanizando. No es poco común que fieles kenianos asistan los domingos a misa celebrada por sacerdotes mexicanos (común en muchas partes de México), que en la radio se escuchen canciones rancheras, y que la gente cuente lo que pasó en el último capítulo de la telenovela mexicana que se está transmitiendo.

Estamos hablando de una de las urbes con mayor crecimiento y desarrollo en toda África, y poco a poco va presentando retos, problemas y fisonomías similares a las de América Latina, como la concentración de gente, la expansión comercial y el tráfico. Finalmente, vale la pena comentar que la cultura del transporte del matatu, que circula por las calles de Nairobi, no es muy distinta a las que da en el transporte público de la Ciudad de México.

Más que una simple moda pasajera.

Y así es como la cultura mexicana está conquistando Kenia. Por todo lo anterior, se concluye que México y Kenia mantienen una fuerte conexión especial, sobre todo en términos urbanos, gastronómicos y culturales, misma que se encuentra en plena etapa de consolidación. Sin embargo, tiene un potencial de crecimiento mucho mayor, no solo en Kenia, también en el resto del continente.

Hasta el momento son pocos los lugares en donde nuestra cultura ha hecho raíces, siendo Kenia uno de los lugares más destacados. Pero aún aquí, aún se circunscribe principalmente a la gastronomía, la música y el espectáculo. La cultura mexicana es tan rica y amplia que los kenianos solo conocen una parte de ella, por lo que su expansión puede escalar a niveles inimaginables.

Como resultado de estos intercambios entre mexicanos y kenianos ya se habla del surgimiento de nueva cultura binacional muy peculiar, entre dos naciones ubicadas en continentes distintos, algo que hace unos cuantos años parecía imposible.

Quizás el principal símbolo de este encuentro y fusión de culturas lo represente la actriz internacional Lupita Nyong’o, quien nació en México pero sus padres son kenianos, cuyo doble origen es algo difícil de asimilar hasta para ella misma. No obstante, los puentes de diálogo creados a lo largo de los últimos años son cada vez mayores, y con seguridad, durante los próximos años las relaciones bilaterales e intercambios entre ambos países van a tener un espectacular crecimiento.

El siguiente paso es que el gobierno mexicano y el keniano aceleren los acercamientos y los intercambios, pero este ya sería otro asunto que escapa de las manos de ambos pueblos. Actualmente, y de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, en 2018 el comercio entre ambas naciones se contabilizó en 22 millones de dólares, mayor con respecto al de muchos países de África, pero que es poco considerando todo lo que sucede en Kenia en torno a nuestra cultura.

Sin duda, una mayor promoción de México en Kenia a nivel diplomático sería bien recibida por los kenianos, quienes podrían convertirse en un socio estratégico ideal para impulsar una mayor presencia de México en el continente africano. Todos los ingredientes necesarios ya están puestos sobre la mesa.


Carlos Luján Aldana

Economista Mexicano y Analista político internacional. Africanista por convicción y pasatiempo. Colaborador esporádico en diversos medios de comunicación internacionales, impulsando el conocimiento sobre África en la opinión pública y difundiendo el acontecer económico, geopolítico y social del continente africano, así como de la población afromexicana y las relaciones multilaterales México-África.

1 comentario

  1. Felipe

    Es bueno saber de África, gracias por es artículo.

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